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Hacia una cultura preventiva a través de la Educación

El Teletrabajo y el cambio del entorno laboral

Una de las oportunidades que el COVID-19 nos ha traído para el giro de nuestros negocios, es que obligatoriamente debemos utilizar la tecnología como forma de mover nuestros negocios. El uso de redes sociales, sitios web, correos electrónicos, WhatsApp, y cualquier otra aplicación o medio que nos permita vender y mover nuestros productos y servicios, han sido vitales para el sostenimiento y movimiento de nuestra actividad económica. Sin embargo, no todas las personas creen que pueden seguir vendiendo por medios electrónicos.

La falta de conocimiento, la falta de aceptación, el recurso económico que se debe invertir para poner una plataforma en línea para ventas, el desconocimiento incluso de los diferentes medios y plataformas que pueden utilizarse para vender, entre otros muchos aspectos que podríamos mencionar como impedimento para vender en línea, hacen que las personas terminen por cerrar sus negocios o dejar de vender a esperas que el desconfinamiento se genere gradualmente.

La adaptación digital es, a este momento, una obligación casi para la mayoría de las empresas. Las instituciones educativas se verían obligadas, en otros tiempos, a suspender por completo su actividad por no disponer de medios digitales para seguir educando a sus estudiantes, los restaurantes de comida rápida, vieran cómo su call center se saturaría y no daría a basto para cubrir todas las solicitudes de envíos a sus clientes, y así podríamos nombrar diferentes rubros en los que la tecnología ha venido a mover y dinamizar los negocios.

Claro está, que la tecnología no puede suplir muchas de las actividades de las distintas empresas según el rubro en el que estos se muevan, sin embargo, si facilita el conocimiento, el traslado del producto al comprador, la gestión de ventas en línea y la atención a distancia.

Las empresas, independiente de su actividad, en este momento deben establecer planes para introducir más tecnología en sus labores diarias. El teletrabajo es una realidad que está tocando a las puertas de todas las empresas y sus empleados, la falta de movilidad obligó a que la mayoría de las empresas recurrieran a plataformas para tener reuniones virtuales, impartir clases en línea, interactuar con sus públicos y clientes, a mover sus negocios a un ambiente, quizá para muchos, desconocido. Pero, la tecnología llegó para quedarse, el teletrabajo vino para adaptarse y establecer una nueva realidad que años atrás, muchos de nosotros, quizá no esperábamos.

Trabajar desde casa es una realidad en este 2020, pero, aún nos queda muchísimo por aprender para cambiar nuestros entornos laborales y llevarlos a la digitalización.

Existen algunos puntos que podemos tomar en cuenta para poder digitalizar nuestras labores y también, capacitar a nuestros trabajadores para que sean altamente efectivos en el teletrabajo como también lo eran en sus puestos de trabajo presenciales:

IDENTIFICACIÓN DE PUESTOS DE TRABAJO, ACTIVIDADES Y PROCESOS

La modalidad del teletrabajo ha llegado para quedarse y el punto de partida es el análisis de los puestos de trabajo y cuales actividades pueden seguirse desarrollando perfectamente desde el ambiente digital. Desde Recursos Humanos se debe identificar cuáles trabajadores pueden mantenerse en modalidad de teletrabajo y cuáles trabajadores deberán continuar con sus labores presenciales. También desde Recursos Humanos, ya sea por sí o con la ayuda de cada trabajador, definir cuáles actividades que se desarrollan actualmente en modalidad presencial, pueden trasladarse al ambiente digital. Se deberá levantar un inventario de las actividades por puesto de trabajo para poder tomar una decisión y así definir cuáles permanecerán en modalidad presencial y cuáles en el teletrabajo.

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Las personas no siempre buscan la educación, tampoco buscan información. Solo unos cuantos (quizá miles) buscan la información por su cuenta. Hoy en día, GOOGLE nos abre las puertas a información que antes desconocíamos. Hoy, es más fácil aprender un nuevo idioma gracias al internet, podemos aprender a diseñar páginas web con tutoriales que los mismos usuarios suben a Youtube, y así podríamos seguir. Uno de los retos de las empresas es enseñar a sus trabajadores a hacer teletrabajo. Asignar obligaciones y responsabilidades es sólo una de las partes legales que las empresas pueden establecer para asegurar que la labor continúe en el teletrabajo, pero más allá de argumentos y respaldos legales, existe la parte formativa, de cómo el trabajador desarrolla su puesto con la tecnología: asistencia a reuniones virtuales, envío de correos a clientes y usuarios, envío de información, uso de Mailchimp, uso de WhatsApp como herramienta de trabajos, Facebook Workplace, Meetings, Google Drive o Microsoft One para respaldar los archivos y usarlos desde cualquier dispositivo y desde cualquier lugar, entre otros. La tecnología es abundante y los medios para continuar trabajando desde casa están dadas, sin embargo, las empresas deben invertir tiempo en formar a sus trabajadores para obtener los resultados óptimos que ellos esperan, asimismo, los trabajadores deben ser capaces de buscar información por su cuenta y poder aprender lo necesario que requieran para el desarrollo de sus labores.

LA CONFIANZA

Es cierto que a este momento la confianza casi que ha sido obligatoria porque no hay otra opción, sin embargo, los gerentes y administradores están contentos con los resultados que los trabajadores están generando cuando están trabajando desde casa. El distanciamiento social ha obligado a que todos nos adaptemos a una nueva forma de trabajo y el teletrabajo no solo ha brindado mejores alternativas, sino que también genera una mejor calidad de vida para los trabajadores. Reducción del tiempo en traslados, la permanencia y cumplimiento al horario laboral sin retrasos por el tráfico y el estrés que este genera, se manifiesta en el rendimiento de los trabajadores. Los trabajadores tienen mejores resultados porque tienen una mejor calidad de vida evitando los traslados y embotellamientos de las horas pico.

Los gerentes deben trasladar sus experiencias de confianza hacia los trabajadores para el cambio digital de nuestras labores, asimismo, el trabajador debe ser consciente que es una oportunidad para demostrar que es leal a la empresa y que pueden confiar en que seguirá haciendo su trabajo con la misma calidad que lo hacía presencialmente.

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ESFUERZO Y RESPONSABILIDAD

Las empresas han hecho un esfuerzo para asegurar que la actividad laboral no se detenga, y a eso se le suma el hecho que no todos los puestos de trabajo pueden desarrollarse desde el teletrabajo, sin embargo, muchísimas empresas han continuado brindando sus prestaciones a los trabajadores que no pueden someterse a este cambio digital por diferentes motivos, por que no existen los medios para que el trabajador continúe su labor en el ámbito digital a raíz de carencia de recursos tecnológicos: computadora, internet, etc. Pero, es aquí, donde es fundamental la responsabilidad del trabajador que sí está en la modalidad de teletrabajo a demostrar que incluso en casa, puede desarrollar su trabajo con mayor excelencia y calidad, siendo responsable en el cumplimiento de tiempos y de horario de trabajo, y entregando resultados óptimos, que es lo menos que se puede esperar.

En este punto confluyen 2 cosas, por un lado, el esfuerzo de la empresa por brindar los recursos y equipos necesario para continuar con el teletrabajo y por otra, la responsabilidad y el esfuerzo de los trabajadores para cumplir con sus responsabilidades. Si estos 2 factores se logran unificar y trabajar al unísono, las empresas no deberían tener problemas para seguir laborando desde el ambiente digital.

Como dijimos anteriormente, el teletrabajo ya es una realidad en muchas empresas y es un medio factible para continuar con las labores, siempre y cuando éstas puedan desarrollarse a distancia.

¿Cómo afecta la carga mental en el estrés?

Las exigencias psicosociales del lugar de trabajo moderno, con frecuencia no se corresponden con las necesidades y capacidades de los trabajadores, lo que puede producir estrés y problemas de salud.

Los factores psicosociales que inciden en el estrés laboral tienen que ver con las demandas de la situación (contexto laboral) y con las características del individuo.

La carga mental, podemos definirla como el conjunto de requerimientos mentales, cognitivos o intelectuales a los que se ve sometido el trabajador a lo largo de su jornada laboral, es decir, el nivel de actividad mental
necesario para desarrollar un trabajo.

Se entiende el grado de movilización, el esfuerzo intelectual que debe realizar el trabajador para hacer frente al conjunto de demandas que recibe el sistema nervioso en el curso de realización de su trabajo. Este factor valora la carga mental a partir de los siguiente indicadores:

  • Las presiones de tiempo, contempladas a partir del tiempo asignado a la tarea, la recuperación de retrasos y el tiempo de trabajo con rapidez.
  • Esfuerzo de atención. Éste viene dado, por una parte, por la intensidad o el esfuerzo de concentración o reflexión necesarios para recibir las informaciones del proceso y elaborar las respuestas adecuadas y por la constancia con debe ser sostenido este esfuerzo. El esfuerzo de atención puede incrementarse en función de la frecuencia de aparición de posibles incidentes y las consecuencias que pudieran ocasionarse durante el proceso por una equivocación del trabajador. Este aspecto es evaluado considerando la intensidad de la atención y el tiempo que debe mantenerse y aspectos que la incrementan como la frecuencia y las consecuencias de los errores.
  • La fatiga percibida. La fatiga es una de las principales consecuencias que se desprenden de una sobrecarga de las exigencias de la tarea.
  • El número de informaciones que se precisan para realizar la tarea y el nivel de complejidad de las mismas son dos factores a considerar para determinar la sobrecarga. Así, se mide la cantidad de información manejada y la complejidad de esa información.
  • La percepción subjetiva de la dificultad que para el trabajador tiene su trabajo.

Estas condiciones o tensiones, se manifiestan a corto plazo, a través de procesos conocidos como «estrés» e incluyen diversos aspectos de la salud, tanto física como mental y social.

Se trata de mecanismos:

  • Emocionales: sentimientos de ansiedad, depresión, alienación, apatía, etc.;
  • Cognitivos: tener dificultades para acordarse de las cosas, para pensar de forma clara, no poder concentrarse, ni tomar decisiones, etc.;
  • Comportamentales: no tener ganas de hablar con nadie, de estar con gente, sentirse agobiado, infeliz, no poder dormir bien, comer compulsivamente, abusar del alcohol, tabaco, etc.; y
  • Fisiológicos: problemas de gástricos, dolor en el pecho, tensión en los músculos, dolor de cabeza, sudar más, marearse, falta de aire, etc.

Como podemos darnos cuenta, un trabajador con estrés producida por las tensiones que genera la carga mental del trabajo, está propenso a sufrir más enfermedades, a tener menor motivación, a sentirse triste y frustrado, a ser menos productivo y a tener un desequilibrio mental como físico, que conlleva una baja producción en sus tareas y a ser un factor de riesgo tanto como en su persona como para quienes le rodean, ya sea en su centro de trabajo o en su familia.

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